Ya no hay tiempo que perder. Este es un clamor nacional que no soporta más dilaciones ni posiciones inamovibles por parte del Gobierno y de la guerrilla de las FARC. Su vida se encuentra seriamente comprometida y para poder sobrevivir requiere de una inmediata atención médica especializada que ni los combatientes de la guerrilla, ni los centros de salud del Guaviare o de cualquier otra población, puede brindarle.
A esta exigencia nacional, se han sumado también las voces de gobiernos del mundo, del Parlamento Europea y de los países amigos que vienen ofreciendo su mediación para que se produzca un inmediato y urgente Acuerdo Humanitario.
Hacemos un llamado humanitario para que cesen las arrogancias e intransigencias y sobre las posiciones y razones políticas de ambas partes, prime el derecho y la defensa a la vida. Sobre cualquier tipo de consideración y sin más demoras, inadmisibles en este momento, debe prevalecer el compromiso nacional de producir la inmediata liberación de Íngrid Betancourt, y un acuerdo humanitario que permita avanzar hacia la Paz.