Amnistía Internacional ha pedido a todos los bandos del conflicto de Osetia del Sur que respeten plenamente el derecho internacional humanitario para que la población civil quede protegida de las hostilidades.
Según los informes, en los combates que tienen lugar desde hace unos días en la disputada región de Osetia del Sur ha habido numerosas víctimas civiles. Aunque estos informes varían en cuanto a la cifra de civiles muertos y heridos, y las cifras y circunstancias son difíciles de verificar por fuentes independientes, las informaciones e imágenes de los medios de comunicación muestran que se han producido daños a bienes de carácter civil a consecuencia de los ataques militares de ambos bandos.
Por ejemplo, en Tskhinvali, capital de Osetia del Sur, al parecer los ataques de las fuerzas georgianas han destruido decenas de edificios civiles, entre los que hay edificios de viviendas, edificios oficiales, una juguetería, edificios de la universidad y el Hospital Republicano. El 9 de agosto, las bombas rusas impactaron contra una zona residencial de Gori, localidad del centro de Georgia.
Amnistía Internacional ha instado a todos los bandos del conflicto que se abstengan de atacar directamente a la población civil o los bienes de carácter civil. Las operaciones militares también deben evitar ataques no intenten distinguir entre objetivos militares y la población civil o los bienes de carácter civil, así como los ataques cuyo impacto sobre la población civil o los bienes de carácter civil sea desproporcionado.
Amnistía Internacional ha manifestado que le preocupa que algunos de los ataques puedan constituir crímenes de guerra.
Además, Georgia y Rusia deben proporcionar protección y un paso seguro a las personas que huyen del conflicto, y permitir el acceso sin trabas a la ayuda humanitaria hasta las zonas afectadas por éste.
Amnistía Internacional ha instado a que se respete escrupulosamente el derecho internacional humanitario, en particular la protección a la población civil, en hostilidades relacionadas que al parecer están estallando en el valle de Kodori (Kodori Gorge), zona de otra región disputada de Georgia, Abjasia.
Asimismo, Amnistía Internacional ha instado a la comunidad internacional a hacer todo lo posible para asegurarse de que todos los bandos del conflicto respetan el derecho internacional humanitario y dan prioridad absoluta a la protección de la población civil y la solución negociada del conflicto.
Tras meses de tensión en aumento, y últimamente de hostilidades de baja intensidad, la mañana del 8 de agosto de 2008 el conflicto entre Georgia y la región secesionista de Osetia del Sur se intensificó hasta convertirse en la confrontación más grave desde la guerra civil entre ambas, que concluyó en 1992 gracias a la firma de una tregua. Este acuerdo de alto el fuego incluía la creación de una fuerza de mantenimiento de la paz tripartita, formada por batallones rusos, osetios y georgianos. Las tropas georgianas lanzaron lo que parece haber sido una ofensiva militar coordinada contra la capital de Osetia del Sur, Tskhinvali, para “restablecer el orden constitucional”. La respuesta del presidente ruso, Dimitri Medvedev, fue enviar más tropas respaldadas por tanques para reforzar las ya estacionadas en Osetia del Sur como parte del alto el fuego, con el objetivo, según afirmó, de restablecer la situación anterior.
Las fuerzas georgianas y rusas se enzarzaron entonces en lo que, según los informes, fueron feroces combates en Tskhinvali y sus alrededores, y Georgia informó el 10 de agosto de que había retirado sus fuerzas de Tskhinvali y la propia Osetia del Sur a posiciones situadas al sur de las que mantenía antes del comienzo de las hostilidades. Ese mismo día se informó de que Georgia había ordenado el alto el fuego a sus fuerzas. Según los informes, el número de bajas civiles es muy elevado, pero estas cifras siguen siendo muy difíciles de verificar de forma independiente. Rusia también ha afirmado haber bombardeado el puerto georgiano del Mar Negro de Poti, y la ciudad de Gori, inmediatamente al sur de la disputada región, que alberga tres bases militares georgianas. En esta acción también ha habido víctimas civiles.
Al parecer miles de personas han huido de la zona, cruzando la frontera con la república rusa de Osetia del Norte. Tanto Rusia como Georgia han informado de muertos y heridos entre las tropas que participan en el conflicto.