Son 300 familias. El éxodo comenzó el pasado miércoles y se espera que lleguen otras 3.000 personas. Se desplazaron por presión de las FARC y protestan por que fumigaciones acabaron con sus cultivos de subsistencia.
Desde las veredas Monte Frio y Génova, en zona rural de Valdivia, Antioquia comenzaron a llegar al casco urbano del municipio desde el pasado miércoles, cientos de familias que reclaman ayuda urgente del Gobierno, pues las fumigaciones de cultivos de uso ilícito que adelanta la Policía Antinarcóticos en la región los ha dejado sin alimentos.
La situación fue puesta en conocimiento de los gobiernos departamental y nacional por funcionarios del municipio, pero la respuesta que han recibido hasta ahora es que deben mantenerse al margen del asunto, pues para ellos no se trata de un desplazamiento forzado sino de una protesta campesina y por lo tanto a esas familias no se les puede otorgar la condición de desplazadas ni entregarles ayuda humanitaria de emergencia.
Los campesinos protestan por el daño que han sufrido sus cultivos de subsistencia por cuenta de las aspersiones con glifosato y manifiestan que no se irán hasta tanto el Gobierno no les pague por las pérdidas y les garantice las condiciones necesarias de alimentación y seguridad para regresar.
Pero existe otra versión que se habla en voz baja: Estas familias y las que estarían por llegar al pueblo, procedentes de 30 veredas, han sido obligadas a desplazarse por las Farc, que las presionan para realizar protestas y les ordenaron no regresar a sus hogares hasta que ellos lo dispongan.
Según le aseguró a CODHES un funcionario de la administración municipal , “ Hasta el momento ninguna entidad estatal ni organización humanitaria se ha hecho presente para atender la situación y son los comerciantes del pueblo quienes están donado alimentos para el grupo de cerca de 1500 personas, de las cuales 150 son menores de edad”.
Hasta el momento las familias permanecen alojadas en casas de amigos y familiares y en el pueblo se ha intensificado la presencia militar y de policía previendo posibles disturbios.
En Valdivia y Tarazá, municipios del oriente antioqueño, se han presentado durante este año dos episodios similares de campesinos que protestan por las consecuencias que traen las fumigaciones a los cutivos de uso ilícito sobre sus plantaciones de pancoger y la situación de hambre que esta indiscriminada práctica trae para sus comunidades.
En Abril pasado cerca de 5.000 campesinos de la zona rural de Tarazá se tomaron el parque principal de esa población y estuvieron protestando durante días. En varias ocasiones se enfrentaron con la Policiía y solo regresaron a sus veredas luego de que delegados de los gobiernos nacional y departamental firmaron acuerdos para adelantar en la zona proyectos productivos de sustitución de cultivos ilícitos y a garantizarles la ayuda aliemntaria y económica necesaria para subsistir mientras estos comienzxan a generar ingresos.
El Valdivia la primera protesta campesina sucedió en febrero y también hubo serios disturbios que no cesaron hasta tanto el Gobierno no tomó cartas en el asunto y negoció con los campesinos manifestantes. En los dos casos, el telón de fondo de estas protestas ha sido la presión de las Farc sobre las comunidades y se ha hablado de ordenes expresas de esa guerrilla para realizar estas tomas y no ceder hasta lograr que el Gobierno decida parar o por lo menos bajar la intensidad de las fumigaciones.
Lo que sorprende es que a pesar de conocer y haberse serciorado en más de una ocasión de la presencia de las Farc detrás de las protestas campesinas en el oriente atioqueño, el gobierno por medio de Acción Social desconzca la calidad de desplazados que tienen estas familias y les niegue la ayuda humanitaria, ignorando de paso las disposiciones de la Corte Constitucional en su sentencia C278 de 2007 sobre la atención que merece este tipo de desplazamiento forzado.