El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Antonio Guterres, dijo que hay al menos 30 áreas de crisis alrededor del mundo donde muchas personas han sido forzadas a huir hacia países vecinos sin poder regresar a sus hogares durante muchos años.
"La carga de alojar a estos refugiados cae casi exclusivamente sobre los estados en desarrollo. Es importante reconocer que la comunidad internacional en su conjunto no ha hecho lo suficiente por compartir aquella carga", dijo en una conferencia.
"El problema de las prolongadas situaciones de refugiados ha alcanzado enormes proporciones", declaró Guterres en un documento para participantes de la conferencia anual de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR.
Muchos de los refugiados no pueden volver a sus hogares porque sus países de origen atraviesan guerras civiles o sufren graves violaciones de los derechos humanos.
"Amontonados en asentamientos superpoblados, privados de un ingreso y con poco que hacer para pasar el tiempo, estas poblaciones de refugiados viven todo tipo de males sociales como la prostitución, casos de violaciones y violencia", dijo.
"Como es de esperar, y a pesar de las restricciones que les son impuestas, muchos se arriesgan a mudarse a áreas urbanas o intentan migrar a otro país, poniéndose a merced de las peligrosas manos de traficantes de personas", añadió.
Guterres, ex primer ministro de Portugal, dijo a la conferencia que los seis millones de refugiados eran personas que habían pasado más de 5 años -y muchos de ellos varias décadas- en el limbo del exilio, principalmente en Africa y Asia.
CINCO CRISIS DE LARGO PLAZO
La ACNUR identifica cinco situaciones de refugiados a largo plazo: los afganos en Pakistán e Irán, musulmanes rohingyas de Myanmar en Bangladesh, eritreos en el este de Sudán, burundeses en Tanzania y serbios étnicos de Croacia y Bosnia en Serbia.
El primer ministro de Tanzania, Mizengo Pinda, dijo en su discurso en la reunión que su país alojaba a decenas de miles de refugiados de Burundi desde principios de los '70.
Pero a mediados de los '90, con crisis políticas y nuevos conflictos en Burundi, Ruanda y la República Democrática del Congo, Tanzania recibió más de un millón de personas en un período muy corto de tiempo, lo cual ejerció presión sobre la infraestructura del país.
En medio de la actual crisis económica, Pinda dijo: "Es una realidad innegable que los países en desarrollo están enfrentando privaciones y costos más altos por servicios sociales como alimentos, agua, salud y sistemas educativos".
"Por lo tanto, cualquier influjo de refugiados crea más presión sobre aquellos servicios, lo cual termina generando una carga que el país receptor no puede soportar", añadió.