02 octubre, 2008

¿Cuantos NN son entonces?

IPC En los años en que el conflicto armado estaba en su punto más cruento en el Oriente antioqueño, los grupos armados ilegales llegaban a los cementerios de muchos pueblos de la región diciendo “entierren estos muertos”. Quizás los pobladores sabían quienes eran los difuntos, pero nadie se atrevía a decirlo. Por ello, hoy es común ver cientos de bóvedas con la inscripción NN.


¿Cuantos NN son entonces?

Con cientos de historias como éstas, recopiladas en muchos de los corregimientos y municipios que componen esta subregión del departamento, el Observatorio de Paz y Reconciliación del Oriente Antioqueño busca indagar por la situación de cerca de 1.000 occisos declarados “sin identificar” desde 1985 hasta la fecha.

El propósito, según Fernando Valencia, coordinador del Observatorio, es recopilar información documental que permita dar cuenta exacta de cuántos NN hay en la región, dónde están y en qué condiciones, para luego diseñar junto con las entidades correspondientes un sistema público de identificación al que podrán acceder los movimientos de víctimas, las organizaciones sociales y las comunidades.
“Creemos que hay mucha gente que puede estar como NN simplemente porque en el momento de la muerte a la familia, o a los allegados, les dio miedo reconocer el vínculo”, explica Valencia.

Y es que según los relatos de diversos pobladores del Oriente recogidos por el Observatorio, de los efectos de la confrontación armada entre guerrilla, paramilitares y Ejército que azotó al Oriente por casi una década no se escaparon ni los muertos: cuando éstos eran llevados a los cementerios por el Ejército, simplemente se presumía que eran guerrilleros y nadie hablaba por ellos; si los llevaban los paramilitares nadie se atrevía a reclamar parentesco alguno y cuándo los guerrilleros arribaban con difuntos, la gente optaba por el silencio.

“Hemos visto casos, principalmente en los corregimientos más apartados, donde la gente nos ha dicho: 'en tal bóveda está enterrado fulano de tal'. Es decir, hay personas que dicen saber la identidad del NN, pero que en su momento les dio miedo reconocerla. Eso es lo que buscamos, aportarle a la búsqueda de la verdad, primero con información estadística y luego con información científica”, agrega Valencia.

Sin embargo, la tarea no será nada fácil, a juzgar por los primeros hallazgos del Observatorio. De acuerdo con Juan José Moncada, director de Derechos Humanos y DIH del Observatorio y coordinador de la investigación, no existe un registro unificado, consistente y coherente que permita saber con exactitud cuántos muertos fueron declarados como NN en los últimos 23 años.

“Hay toda suerte de inconsistencia, incongruencias y laxitudes con el manejo de esos cadáveres, tanto en su registro inicial, como en su seguimiento y su disposición final después de que cumplen los cinco años en un cementerio y parten hacia los osarios comunes donde terminan por desaparecer”, señala Moncada.

Según normas emitidas en 1916, todo cuerpo llevado a un cementerio debe contar con una necropsia médico-legal emitida en este caso por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses; posterior a ello, debe emitirse un certificado de defunción para el DANE y una licencia de inhumación, documentos necesarios para la elaboración del certificado civil de defunción que, en última instancia, constituye el reconocimiento legal de muerte todo individuo.

Dicha normatividad también exige a los despachos parroquiales llevar un registro histórico y minucioso sobre los cadáveres identificados y no identificados que llegan a los cementerios, así como una adecuada disposición de los cuerpos sin identificar en los osarios comunes.
“Pero se encuentran muchas inconsistencias en ese sentido. Hay un gran desorden frente a esa situación que no lo conocíamos, no lo dimensionábamos, sólo ahora que lo abordamos y que lo encontramos”, asegura Moncada.

¿Cuantos NN son entonces?


Los registros iniciales del Observatorio indican que desde 1985 a la fecha fueron inhumados cerca de 1.0000 cadáveres como NN. Lo preocupante es que por lo menos la mitad de ellos no podrán ser identificados pues dada la rotación de cuerpos que se da en los cementerios, muchos restos fueron a parar a osarios comunes sin ningún tipo de clasificación o cuidado en su disposición final.

Aunque los avances que muestra la ciencia forense ofrece alguna luz de esperanza al respecto, los esfuerzos de la investigación se centran, por ahora, en la documentación inicial y posterior proceso de identificación de casi 400 cuerpos declarados como NN que aún reposan en las bóvedas de los cementerios y en algunos osarios comunes.

Un punto de partida para esta identificación será el municipio de Rionegro. Dicha localidad posee el mayor número de cadáveres registrados como N.N. Según datos del Observatorio, sólo en el año 2003, en pleno desarrollo de la Operación Marcial, una de las avanzadas contrainsurgentes más grande de la historia en el Oriente adelantada por la IV Brigada del Ejército, llegaron al cementerio de Rionegro 88 cadáveres clasificados como NN.

“Hubo un mes en el que llegaron más de 22 cadáveres. Los traía el Ejército luego de combates con supuestos guerrilleros dados de baja en todo el Oriente. Pero el número de cuerpos enterrados sin identificar también es muy alto en municipios como San Carlos, San Rafael, La Unión y Granada”, añade Moncada.

Por fortuna, la investigación ha despertado el interés de otras entidades como el Instituto de Medicina Legal, el Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía, la Universidad de Antioquia y la Gobernación de Antioquia entre otros, que se han unido a esta búsqueda por la verdad.

“Nuestra intención es que llegar a una fase en la que, por ejemplo, una señora reconozca que su familiar está enterrado como N.N. en la bóveda tal del cementerio tal, podamos, a través de Medicina Legal y el CTI de la Fiscalía, hacer las pruebas de rigor de la mecánica forense y determinar que dicha persona es quien se presume que es”, explica el Coordinador del Observatorio.

Para Valencia, procesos como éste no sólo permitirán dimensionar la tragedia social que dejó el conflicto armado en el Oriente antioqueño, sino que también le permitirán a los muertos y a sus familias, recuperar su dignidad.
“En el imaginario colectivo, el NN es un guerrillero y desaparecido es alguien que algo hizo mal. Por fortuna, esos imaginarios están cambiando con muchas actividades y la investigación es una de ellas. Esto está motivando a la gente, que se está sobreponiendo al miedo y viene denunciando e indagando por la suerte de los seres queridos que perdió durante el conflicto”, señala Valencia.
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El Ejército cometió 66 ejecuciones extrajudiciales en Norte de Santander en lo que va de este año

El colectivo de abogados Luis Carlos Pérez, una ONG que trabaja en el activismo de derechos humanos, denunció que el Ejército cometió 66 ejecuciones extrajudiciales en Norte de Santander en lo que va de este año.

La abogada Judith Maldonado, vocera de esa organización, afirmó que los hechos están documentados con nombres propios y rangos de los presuntos autores de los asesinatos.

Las ejecuciones se cometieron en los municipios de El Carmen, Teorama, Convención, El Tarra y Tibú, dos de ellos sobre los cuales existe una declaratoria de alerta temprana por parte de la Defensoría Nacional del Pueblo.

Entre los casos enunciados se hallan los de 5 jóvenes residentes en la ciudadela de Atalaya los cuales no tenían en apariencia vinculación con grupos armados ilegales.

Estas personas desaparecieron hace dos meses y unas horas después fueron reportados como abatidos en enfrentamientos con el ejército en zona rural de Durania.

Tomado de CARACOL


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Dos Militares detenidos por Masacre de Trujillo

Bogotá, 2 oct (EFE).- La fiscalía colombiana formalizó hoy la detención de un militar activo y otro retirado procesados por su presunta implicación en la matanza de varios centenares de vecinos de Trujillo, localidad del suroeste del país.
Los arrestados son Wilfredo Ruiz Silva, oficial activo, y Jairo Trejos Parra, suboficial en retiro, que forman parte de un grupo de veinte efectivos a los que la Fiscalía General vinculó con este crimen masivo ocurrido entre 1986 y 1994.


Un total de 342 personas, entre ellas el cura párroco, fueron asesinadas durante esos años en Trujillo, localidad del departamento del Valle del Cauca azotada por narcotraficantes y paramilitares que, según la entidad judicial, contaron con la cooperación o la omisión de miembros de la Fuerza Pública en las matanzas.

La fiscalía explicó en un comunicado que Ruiz Silva, de grado coronel y que afrontaba una orden de captura, como Trejos, se entregó hoy a su superior en la brigada del Ejército en Cali, que lo puso a disposición de la entidad judicial.

Ruiz "es investigado por homicidio agravado, concierto para delinquir y secuestro, delitos en los que supuestamente incurrió durante hechos ocurridos en Trujillo entre marzo y abril de 1990, cuando era teniente", precisó la misma fuente.

El otro implicado, Trejos, fue detenido en la población de San Gil (nordeste) por agentes de la fiscalía, que lo trasladaron a la sede central de esta entidad en Bogotá para que comparezca.

En la época en que ocurrieron los hechos, estos efectivos pertenecían al Batallón Palacé.

Con Ruiz Silva y Trejos ya son tres los presuntos implicados en la llamada "Masacre de Trujillo" detenidos desde la semana pasada por orden de la fiscalía, que retomó la investigación de los hechos.

El ex legislador regional Rubén Darío Agudelo fue arrestado bajo los cargos de "concierto para delinquir agravado y homicidio por omisión".

La Corte Interamericana de Derechos Humanos halló al Estado colombiano responsable de la matanza.
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