El Tiempo. Hace dos años, el 18 de junio de 2007, la guerrilla masacró en las selvas del suroccidente colombiano a 11 de los 12 diputados del Valle del Cauca, a quienes secuestraron cinco años atrás.
Para el ex diputado Sigifredo López, único sobreviviente de la masacre, la acción de las Farc contra la Asamblea del departamento, el 11 de abril de 2002, fue el comienzo de un difícil cautiverio que tuvo su punto más álgido durante los meses siguientes a la muerte de sus compañeros y que finalizó el pasado 5 de febrero cuando fue liberado, durante un proceso que lideró la organización Colombianas y Colombianos por la Paz, encabezada por la senadora Piedad Córdoba, y que contó con el apoyo logístico de Brasil y la Cruz Roja Internacional.
Aproximadamente tres meses después de la masacre, las Farc revelaron a una comisión humanitaria la ubicación de los cuerpos de Juan Carlos Narváez, Jairo Hoyos, Alberto Quintero, Edison Pérez, Héctor Fabio Arizmendi, Javier Giraldo, Ramiro Echeverri, Rufino Varela, Carlos Charry, Carlos Barragán y Nacianceno Orozco. Una comisión de la OEA determinó que "murieron a tiros propinados a corta distancia".
"Ellos (los diputados) fueron mis hermanos, pero tenemos que seguir adelante y lograr que ese asesinato tan perverso, tan vil, nos sirva para expresar todo nuestro repudio a la violencia", afirma López.
Ahora, la academia y la política son los proyectos a corto plazo que tiene este político de 45 años, oriundo de Zarzal (Valle del Cauca), y quien ahora intenta seguir adelante con el apoyo y el amor de su familia. Eltiempo.com habló con él.
ELTIEMPO.COM: Se conmemoran dos años del asesinato de sus compañeros. ¿Qué tipo de actos se van a realizar
Sigifredo López: Va a haber un acto muy sencillo. Es la entrega de un parque que se llamará 'Parque de los diputados'. Estará acompañada por una misa que celebrará el padre José González, de la Arquidiócesis de Cali. En Bogotá, el viernes, se va a realizar algo parecido con la Alcaldía de Bogotá. Se va a entregar un parque al frente del Planetario.
Ya son casi cuatro meses en libertad. ¿Cómo ha sido este proceso?
Ha sido un proceso bastante bonito, pero difícil. La idea es lograr esa restauración afectiva tan necesaria para seguir adelante. Insisto en que ha sido difícil, pero con amor todo es más fácil.
¿Lo veremos pronto en la política?
Tengo que volver a lo que siempre he hecho, para lo que me he preparado toda la vida, que es la docencia universitaria y la política. Vuelvo a ambas. En julio arranco en la universidad. He sido profesor desde el año 1992, con excepción de los siete años que estuve secuestrado, y regreso también a la política, muy probablemente al Senado, pero esa es una campaña que arrancará en septiembre, antes no. Por ahora estoy escuchando a la gente, conociendo y estudiando algunas propuestas que escribí en cautiverio, pero que quiero reescribir para presentárselas a la ciudadanía.
¿Qué opina del proceso de liberación del suboficial Pablo Emilio Moncayo, la cual se encuentra estancada?
Es muy lamentable que esto esté ocurriendo. Yo comprendo el dolor de las familias, lo que está sintiendo la familia Moncayo en este momento, yo lo viví. No es posible que después de dos meses de anunciada la liberación (de Pablo Emilio Moncayo) aún se le esté propinando este sufrimiento a su familia. Pablo Emilio Moncayo merece regresar a la vida, no se le puede condenar a que continúe en la selva.
Todas las familias de Colombia están esperando a que el señor Presidente (Álvaro Uribe Vélez) se conduela y autorice que la senadora Piedad córdoba vaya por Pablo Emilio. El problema no es de quién vaya por él, el problema es que llegue. Eso es lo que nos interesa a todos los colombianos y pienso que el Presidente se está equivocando en eso. Esperamos que por favor rectifique, es un acto de humanidad.
¿Las familias de sus compañeros participarán de los actos conmemorativos?
Esta fecha para ellos es terrible. Es reconfirmar que podrían estar hoy en libertad con sus seres queridos y hoy no los tienen. De modo que es comprensible que ellos en este día quieran estar recogidos, conmemorar en la intimidad con una misa en familia. Ellos no quieren participar de nada. Detrás de cada uno de ellos hay una historia de gran dolor. Estoy con ellos. Sus hijos, esposos y padres fueron mis hermanos, pero tenemos que seguir adelante todos y lograr que ese asesinato tan perverso, tan vil, nos sirva para expresar todo nuestro repudio a la violencia y evitar que esos actos sigan repitiéndose.
El pasado 29 de mayo, las Farc intentaron realizar una acción similar a la efectuada contra la Asamblea del Valle en 2002, esta vez, en el municipio de Garzón (Huila). En este hecho fue secuestrado el concejal Armando Acuña.
Sí, es un hecho lamentable. Las Farc no han entendido que tienen que reconciliarse con la sociedad colombiana y que con esas prácticas están generando el rechazo absoluto. Los colombianos no soportamos una acción más de violencia. Aprovecho para expresar mi solidaridad a la familia del concejal secuestrado, sé perfectamente lo que ellos están viviendo. Las Farc tienen que buscar caminos de paz y reconciliación y no insistir más en estos hechos de violencia.
El secuestro
¿Cuándo y por qué fue separado del grupo?
Fui separado el jueves 14 de junio (de 2007). Nos habían prohibido hablar y a mí se me olvidó. Hablé normal y esto provocó la reacción de un guerrillero, yo exigí respeto. Una hora más tarde, fui encadenado y separado del grupo.
El 18 de junio (de 2007), hacia las once de la mañana se escucharon las ráfagas. Yo no supe realmente qué había pasado. Nunca me imaginé que en ese momento hubieran matado a mis compañeros. Finalmente, el 28 de junio (de 2007) me enteré de su muerte por la radio, a las cuatro de la mañana, cuando Fabiola Perdomo, la viuda de mi compañero Juan Carlos Narváez, daba la noticia al mundo.
¿Por qué las Farc decidieron asesinar a sus compañeros?
Todo fue una confusión. Ellos (los guerrilleros) pensaron que el Ejército había ingresado al campamento y quienes habían ingresado eran guerrilleros del frente 26 de las Farc. Esa decisión fue la que llevó al comandante del frente 60, quien era el responsable de nosotros, a ordenar el asesinato. Ellos estaban paranoicos y cobardes.
En ese sentido, ¿el rescate no es una posibilidad para quienes están cautivos?
Hablar de rescate es equivocado, hablar de rescate significa la muerte de los secuestrados. Más aún, cuando la intención de rescate se anuncia y se acaba el elemento sorpresa. Cuando se habla de rescate se produce paranoia en los captores y esa paranoia lleva a que en cualquier momento asesinen a los secuestrados.
Tras la muerte de sus compañeros, ¿cómo fue el cautiverio?
Los cuatro meses siguientes a enterarme de la muerte de mis compañeros fueron los más difíciles de mi cautiverio. Entré en una profunda depresión. Pensé en el suicidio, pero hice algunas reflexiones y logré superar el tema.
Mauricio Aragón Hernández
Bogotá, 18 jun (EFE).- El único superviviente de la masacre de diputados cometida por las FARC hace dos años, Sigifredo López, dijo hoy que la paz está "más cerca que nunca" en Colombia porque esta guerrilla necesita "una salida digna" a sus 45 años de lucha armada.
Ex rehén de las FARC dice que la paz está más cerca que nunca Ampliar fotografía
López fue liberado el pasado mes de febrero, cuando ofreció su testimonio sobre lo ocurrido en aquella masacre, en la que murieron once diputados regionales cautivos y solo él se salvo, hechos de los que precisamente hoy se cumplen dos años.
"A pesar de posiciones radicales, la paz está más cerca que nunca. Le corresponde hacerla al próximo presidente de Colombia, sea quien sea, porque las condiciones están dadas, ahora más que nunca", insistió el ex diputado en una entrevista con Efe, al aludir a las elecciones que tendrán lugar el año próximo en este país.
"Esta insensatez en la que estamos atrapados desde hace más de medio siglo no puede continuar", subrayó.
López y otros once diputados fueron secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el 11 de abril de 2002 en la misma sede del Legislativo regional de Cali, capital del departamento suroccidental del Valle del Cauca.
Cinco años después, aquel fatídico 18 de junio de 2007, López se salvó de morir en la masacre, porque había sido castigado y encadenado en un lugar apartado días antes por elevar la voz en una discusión con otro cautivo.
Cuando fue liberado, el pasado 5 de febrero, contó que sus once compañeros fueron asesinados por las FARC y que no murieron en un supuesto operativo militar de rescate, tal y como dijeron los guerrilleros al informar de la masacre el 28 de junio de 2007.
Las investigaciones de la matanza, en las que participó un equipo forense independiente conformado por la Organización de Estados Americanos (OEA) a petición del Gobierno colombiano, concluyeron que los ex legisladores regionales perdieron la vida por disparos de fusil a corta distancia.
La de hoy "es una fecha muy dolorosa", pero "debe conmemorarse para que no se olvide", insistió López a Efe.
En los mismos términos se expresó hoy Ángela María Giraldo, hermana de Francisco Javier Giraldo, uno de los once ex diputados asesinados, para quien es importante "que no se pierda" el recuerdo de lo ocurrido hace dos años en la selva.
También exigió que las FARC "se responsabilicen del crimen y pidan perdón".
Por eso, entre hoy y mañana se celebrarán en Cali y Bogotá concentraciones y marchas, y se inaugurará un parque en cada una de estas ciudades en homenaje a las víctimas.
En una rueda de prensa, Giraldo adelantó que mañana se instalará en Bogotá el "reloj de la infamia", que contará el tiempo transcurrido desde la toma por las FARC del cerro de Patascoy (21 de diciembre de 1997) y permanecerá activo hasta que el último de los secuestrados recupere la libertad.
Ese 21 de diciembre fueron capturados el cabo Pablo Emilio Moncayo y el suboficial José Libio Martínez, los dos rehenes más antiguos en poder de esa guerrilla.
Sigifredo López se dedica ahora a recorrer Colombia "clamando" por la liberación de Moncayo, anunciada hace dos meses por las FARC, pero que todavía no se ha concretado por las condiciones impuestas tanto por los rebeldes como por el Gobierno.
"La paz es posible", reiteró López al defender el polémico intercambio humanitario de secuestrados considerados "canjeables" por guerrilleros presos, una vía que -a su juicio- serviría "para ganar la confianza necesaria e iniciar un diálogo" y que ha sido planteada por las FARC.
Con la liberación unilateral de una docena de rehenes en el último año y medio, "por primera vez en tres décadas las FARC han empezado a demostrar que necesitan buscar una salida digna a 45 años de lucha", argumentó López.
Sobre su regreso a la libertad después de casi siete años de cautiverio, el ex diputado admitió que se ha ido "adaptando muy bien gracias al amor de la familia".
López, que ahora planea volver a la docencia universitaria y a la política, arrastra aún secuelas: "A veces siento mucha presión y quisiera estar más tranquilo y tener más pausa para pensar", concluyó.
Para el ex diputado Sigifredo López, único sobreviviente de la masacre, la acción de las Farc contra la Asamblea del departamento, el 11 de abril de 2002, fue el comienzo de un difícil cautiverio que tuvo su punto más álgido durante los meses siguientes a la muerte de sus compañeros y que finalizó el pasado 5 de febrero cuando fue liberado, durante un proceso que lideró la organización Colombianas y Colombianos por la Paz, encabezada por la senadora Piedad Córdoba, y que contó con el apoyo logístico de Brasil y la Cruz Roja Internacional.
Aproximadamente tres meses después de la masacre, las Farc revelaron a una comisión humanitaria la ubicación de los cuerpos de Juan Carlos Narváez, Jairo Hoyos, Alberto Quintero, Edison Pérez, Héctor Fabio Arizmendi, Javier Giraldo, Ramiro Echeverri, Rufino Varela, Carlos Charry, Carlos Barragán y Nacianceno Orozco. Una comisión de la OEA determinó que "murieron a tiros propinados a corta distancia".
"Ellos (los diputados) fueron mis hermanos, pero tenemos que seguir adelante y lograr que ese asesinato tan perverso, tan vil, nos sirva para expresar todo nuestro repudio a la violencia", afirma López.
Ahora, la academia y la política son los proyectos a corto plazo que tiene este político de 45 años, oriundo de Zarzal (Valle del Cauca), y quien ahora intenta seguir adelante con el apoyo y el amor de su familia. Eltiempo.com habló con él.
ELTIEMPO.COM: Se conmemoran dos años del asesinato de sus compañeros. ¿Qué tipo de actos se van a realizar
Sigifredo López: Va a haber un acto muy sencillo. Es la entrega de un parque que se llamará 'Parque de los diputados'. Estará acompañada por una misa que celebrará el padre José González, de la Arquidiócesis de Cali. En Bogotá, el viernes, se va a realizar algo parecido con la Alcaldía de Bogotá. Se va a entregar un parque al frente del Planetario.
Ya son casi cuatro meses en libertad. ¿Cómo ha sido este proceso?
Ha sido un proceso bastante bonito, pero difícil. La idea es lograr esa restauración afectiva tan necesaria para seguir adelante. Insisto en que ha sido difícil, pero con amor todo es más fácil.
¿Lo veremos pronto en la política?
Tengo que volver a lo que siempre he hecho, para lo que me he preparado toda la vida, que es la docencia universitaria y la política. Vuelvo a ambas. En julio arranco en la universidad. He sido profesor desde el año 1992, con excepción de los siete años que estuve secuestrado, y regreso también a la política, muy probablemente al Senado, pero esa es una campaña que arrancará en septiembre, antes no. Por ahora estoy escuchando a la gente, conociendo y estudiando algunas propuestas que escribí en cautiverio, pero que quiero reescribir para presentárselas a la ciudadanía.
¿Qué opina del proceso de liberación del suboficial Pablo Emilio Moncayo, la cual se encuentra estancada?
Es muy lamentable que esto esté ocurriendo. Yo comprendo el dolor de las familias, lo que está sintiendo la familia Moncayo en este momento, yo lo viví. No es posible que después de dos meses de anunciada la liberación (de Pablo Emilio Moncayo) aún se le esté propinando este sufrimiento a su familia. Pablo Emilio Moncayo merece regresar a la vida, no se le puede condenar a que continúe en la selva.
Todas las familias de Colombia están esperando a que el señor Presidente (Álvaro Uribe Vélez) se conduela y autorice que la senadora Piedad córdoba vaya por Pablo Emilio. El problema no es de quién vaya por él, el problema es que llegue. Eso es lo que nos interesa a todos los colombianos y pienso que el Presidente se está equivocando en eso. Esperamos que por favor rectifique, es un acto de humanidad.
¿Las familias de sus compañeros participarán de los actos conmemorativos?
Esta fecha para ellos es terrible. Es reconfirmar que podrían estar hoy en libertad con sus seres queridos y hoy no los tienen. De modo que es comprensible que ellos en este día quieran estar recogidos, conmemorar en la intimidad con una misa en familia. Ellos no quieren participar de nada. Detrás de cada uno de ellos hay una historia de gran dolor. Estoy con ellos. Sus hijos, esposos y padres fueron mis hermanos, pero tenemos que seguir adelante todos y lograr que ese asesinato tan perverso, tan vil, nos sirva para expresar todo nuestro repudio a la violencia y evitar que esos actos sigan repitiéndose.
El pasado 29 de mayo, las Farc intentaron realizar una acción similar a la efectuada contra la Asamblea del Valle en 2002, esta vez, en el municipio de Garzón (Huila). En este hecho fue secuestrado el concejal Armando Acuña.
Sí, es un hecho lamentable. Las Farc no han entendido que tienen que reconciliarse con la sociedad colombiana y que con esas prácticas están generando el rechazo absoluto. Los colombianos no soportamos una acción más de violencia. Aprovecho para expresar mi solidaridad a la familia del concejal secuestrado, sé perfectamente lo que ellos están viviendo. Las Farc tienen que buscar caminos de paz y reconciliación y no insistir más en estos hechos de violencia.
El secuestro
¿Cuándo y por qué fue separado del grupo?
Fui separado el jueves 14 de junio (de 2007). Nos habían prohibido hablar y a mí se me olvidó. Hablé normal y esto provocó la reacción de un guerrillero, yo exigí respeto. Una hora más tarde, fui encadenado y separado del grupo.
El 18 de junio (de 2007), hacia las once de la mañana se escucharon las ráfagas. Yo no supe realmente qué había pasado. Nunca me imaginé que en ese momento hubieran matado a mis compañeros. Finalmente, el 28 de junio (de 2007) me enteré de su muerte por la radio, a las cuatro de la mañana, cuando Fabiola Perdomo, la viuda de mi compañero Juan Carlos Narváez, daba la noticia al mundo.
¿Por qué las Farc decidieron asesinar a sus compañeros?
Todo fue una confusión. Ellos (los guerrilleros) pensaron que el Ejército había ingresado al campamento y quienes habían ingresado eran guerrilleros del frente 26 de las Farc. Esa decisión fue la que llevó al comandante del frente 60, quien era el responsable de nosotros, a ordenar el asesinato. Ellos estaban paranoicos y cobardes.
En ese sentido, ¿el rescate no es una posibilidad para quienes están cautivos?
Hablar de rescate es equivocado, hablar de rescate significa la muerte de los secuestrados. Más aún, cuando la intención de rescate se anuncia y se acaba el elemento sorpresa. Cuando se habla de rescate se produce paranoia en los captores y esa paranoia lleva a que en cualquier momento asesinen a los secuestrados.
Tras la muerte de sus compañeros, ¿cómo fue el cautiverio?
Los cuatro meses siguientes a enterarme de la muerte de mis compañeros fueron los más difíciles de mi cautiverio. Entré en una profunda depresión. Pensé en el suicidio, pero hice algunas reflexiones y logré superar el tema.
Mauricio Aragón Hernández
Bogotá, 18 jun (EFE).- El único superviviente de la masacre de diputados cometida por las FARC hace dos años, Sigifredo López, dijo hoy que la paz está "más cerca que nunca" en Colombia porque esta guerrilla necesita "una salida digna" a sus 45 años de lucha armada.
Ex rehén de las FARC dice que la paz está más cerca que nunca Ampliar fotografía
López fue liberado el pasado mes de febrero, cuando ofreció su testimonio sobre lo ocurrido en aquella masacre, en la que murieron once diputados regionales cautivos y solo él se salvo, hechos de los que precisamente hoy se cumplen dos años.
"A pesar de posiciones radicales, la paz está más cerca que nunca. Le corresponde hacerla al próximo presidente de Colombia, sea quien sea, porque las condiciones están dadas, ahora más que nunca", insistió el ex diputado en una entrevista con Efe, al aludir a las elecciones que tendrán lugar el año próximo en este país.
"Esta insensatez en la que estamos atrapados desde hace más de medio siglo no puede continuar", subrayó.
López y otros once diputados fueron secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el 11 de abril de 2002 en la misma sede del Legislativo regional de Cali, capital del departamento suroccidental del Valle del Cauca.
Cinco años después, aquel fatídico 18 de junio de 2007, López se salvó de morir en la masacre, porque había sido castigado y encadenado en un lugar apartado días antes por elevar la voz en una discusión con otro cautivo.
Cuando fue liberado, el pasado 5 de febrero, contó que sus once compañeros fueron asesinados por las FARC y que no murieron en un supuesto operativo militar de rescate, tal y como dijeron los guerrilleros al informar de la masacre el 28 de junio de 2007.
Las investigaciones de la matanza, en las que participó un equipo forense independiente conformado por la Organización de Estados Americanos (OEA) a petición del Gobierno colombiano, concluyeron que los ex legisladores regionales perdieron la vida por disparos de fusil a corta distancia.
La de hoy "es una fecha muy dolorosa", pero "debe conmemorarse para que no se olvide", insistió López a Efe.
En los mismos términos se expresó hoy Ángela María Giraldo, hermana de Francisco Javier Giraldo, uno de los once ex diputados asesinados, para quien es importante "que no se pierda" el recuerdo de lo ocurrido hace dos años en la selva.
También exigió que las FARC "se responsabilicen del crimen y pidan perdón".
Por eso, entre hoy y mañana se celebrarán en Cali y Bogotá concentraciones y marchas, y se inaugurará un parque en cada una de estas ciudades en homenaje a las víctimas.
En una rueda de prensa, Giraldo adelantó que mañana se instalará en Bogotá el "reloj de la infamia", que contará el tiempo transcurrido desde la toma por las FARC del cerro de Patascoy (21 de diciembre de 1997) y permanecerá activo hasta que el último de los secuestrados recupere la libertad.
Ese 21 de diciembre fueron capturados el cabo Pablo Emilio Moncayo y el suboficial José Libio Martínez, los dos rehenes más antiguos en poder de esa guerrilla.
Sigifredo López se dedica ahora a recorrer Colombia "clamando" por la liberación de Moncayo, anunciada hace dos meses por las FARC, pero que todavía no se ha concretado por las condiciones impuestas tanto por los rebeldes como por el Gobierno.
"La paz es posible", reiteró López al defender el polémico intercambio humanitario de secuestrados considerados "canjeables" por guerrilleros presos, una vía que -a su juicio- serviría "para ganar la confianza necesaria e iniciar un diálogo" y que ha sido planteada por las FARC.
Con la liberación unilateral de una docena de rehenes en el último año y medio, "por primera vez en tres décadas las FARC han empezado a demostrar que necesitan buscar una salida digna a 45 años de lucha", argumentó López.
Sobre su regreso a la libertad después de casi siete años de cautiverio, el ex diputado admitió que se ha ido "adaptando muy bien gracias al amor de la familia".
López, que ahora planea volver a la docencia universitaria y a la política, arrastra aún secuelas: "A veces siento mucha presión y quisiera estar más tranquilo y tener más pausa para pensar", concluyó.
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