“Acallaran sus voces,Pero sus ideales de justicia y paz
perdurarán para siempre.
Paz en la tumba de estos mártires”
Familiares de Alejo
“No eres el terrorista de las agencias occidentales
de prefabricadas noticias;
eres un hombre nuevo que camina
por la rebelde Latinoamérica,
por el Asia que despierta,
por el África enfurecida,
para aprender de la humanidad progresista
y edificar una vida nueva
en tu usurpada pero pronto liberada tierra colombiana”
Enrique Alonso Rico Cifuentes
Los proyectos, luchas e ideales de transformación o simple reformismo, en un marco político conservador y tradicional como el colombiano son considerados una amenaza para los cimientos verticales de su pretendida democracia; por ello, la muerte, desaparición, tortura, montajes judiciales, falsos positivos etc. constituyen el mecanismo más acorde para la manutención del régimen. Espacialmente la represión no ha dejado lugar libre: campos, ciudades y universidades han sido y son centros de persecución para mujeres y hombres comprometidos con la consecución de un nuevo mundo, hecho con sus manos desde su realidad más próxima.
En este contexto, el estudiantado ha sido un sector ampliamente criminalizado y señalado; en los 60´s son numerosas las muertes, consejos verbales de guerra y desapariciones, ya en los 70´s y 80´s sus nombres reposan en las numerosas listas de NN´s siendo su única identificación el sector social al cuál pertenecían (Base de datos PCNM). Actualmente, el Estado de Sitio es reemplazado por la Seguridad Democrática y los Consejo Verbales de Guerra toman forma mediante Montajes Judiciales. Así, la linealidad represiva cambia sus formas de accionar pero no los sectores a atacar.
Por ello, la memoria se constituye como el relato de quienes han quedado fuera de la historia oficial y su derecho es reclamado, en este caso, el sector estudiantil; quienes debido al cambio generacional y los olvidos políticos necesarios, en la mayoría de casos olvidan sus muertos, luchas y proyecciones porque ni siquiera los conoce. Hoy reivindicamos y recordamos a Luis Alejandro Concha, quien junto con sus compañeros Oscar J. Sánchez, Jennifer Patricia Riveros y Ricardo Ruíz -estudiantes de la universidad Libre y de la Inca-, fueron silenciados por el gobierno narco-paramilitar y mafioso de Álvaro Uribe Vélez.
Tras una macabra acción de la inteligencia del estado que penetró la residencia donde residía Alejo y colocó toda serie de dispositivos tecnológicos de vigilancia y control, violando los derechos fundamentales del ser humano, para luego, tras una acción infame, arrojar bombas a las residencia, acallando sus voces de protesta y resistencia. Tanto el estado como los medios de comunicación aludieron que todo se trató de una explosión provocada por la manipulación de materiales explosivos para la fabricación de bombas artesanales. Sin embargo, este crimen, propio del terrorismo de estado, corrobora que los falsos positivos se han convertido en mecanismo por medio del cual las estructuras militares presentan sus partes de guerra en la “pretendida lucha contra el terrorismo”, y se recomponen los métodos de represión, impunidad y olvido.
Desde la revista de estudiantes de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional “TERCER PISO” invitamos a todos y todas al homenaje que sus familiares y el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, capítulo Bogotá – Cundinamarca y el consejo estudiantil de la Universidad Libre, junto con el apoyo de estudiantes de la Universidad Pedagógica, Nacional y Distrital realizarán el próximo 16 de abril de 2008, a las 2 pm en la universidad Libre, calle Nº 5 – 80.
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