03 julio, 2008

INGRID RELATA COMO FUE EL OPERTIVO QUE CULMINO CON SU RESCATE


La ex candidata presidencial contó cómo del miedo, la incertidumbre y la desazón pasó a una incontenible alegría cuando el Ejército les contó a ella y a los demás secuestrados que estaban libres.


"El jefe del operativo gritó '¡Somos el Ejército Nacional! ¡Ustedes están libres!", relató Betancourt, con la voz quebrada de la emoción, sobre el momento en el que ella y otros 14 secuestrados acababan de ser rescatados por el ejército.

Ninguno de ellos se podía imaginar, cuando los levantaron a las 5 de la mañana, que unas horas después estarían en los brazos de sus seres queridos.

Sabían que iban a ser trasladados a algún lugar y albergaban la esperanza, por rumores que habían escuchado, que uno de ellos pudiera ser puesto en libertad gracias a una "comisión internacional".

Pero esa esperanza se disipó pronto.

Una hora antes de que llegaran los helicópteros, el comandante guerrillero 'Asprilla' "me dijo que nos iban a montar a todos en un helicóptero y que de ahí nos iban a llevar a un sitio que no se sabía dónde era", señaló Betancourt.

'Asprilla' le contó que de repente iban a "poder hablar con, yo creo, un comandante. Yo pensaba que era, de pronto, 'Alfonso Cano'. Entonces, claro, cuando nos dijeron eso, pues, siempre fue muy triste...". El calvario, dijo la ex candidata presidencial iba a seguir.

Llegan los helicópteros

Poco antes del mediodía, las aeronaves blancas sobrevolvaron la zona y "debo confesar que sentí algo muy raro".

"Siempre que oíamos los helicópteros nos tocaba salir corriendo y escondernos. Esta vez los podíamos mirar de frente y estábamos esperando que aterrizaran. Entonces, dieron una vuelta y la gente dijo: 'Se van'. Y yo dije: 'No, no se van. Están haciendo una aproximación'", dijo Ingrid a una cadena radial del ejército en lo que fueron sus primeras declaraciones en libertad.

Las personas que se bajaron de los helicópteros "eran personas como totalmente de las Farc; eran de ellos y eran hablando como ellos, habían unos que tenían camisetas del 'Che' Guevara".

Ante tal panorama "surrealista", Íngrid se preguntó ¿qué comisión internacional es esta?... esto es lo mismo, simplemente nos trasladan de sitio'.

Poco sabía Íngrid que los tripulantes de los helicópteros eran miembros infiltrados del Ejército.

"Nos subimos con mucha dificultad al helicóptero, porque nos ataron las manos y esto fue muy humillante; nos subieron al helicóptero, nos ataron los pies, nos ataron las manos. Yo le rogaba a Dios que me diera fuerza para soportar esa y otras tantas humillaciones que pensaba que iban a venir, cuando de pronto un golpe.... De pronto vi al comanante que estuvo al mando de nosotros ('Asprilla'). Fue tan cruel, humillante y despota. Lo vi en el suelo empeloto, con los ojos vendados".

Se había producido el "milagro". Justo ahí, Betancourt y otros 14 secuestrados escucharon las palabras del jefe del operativo, palabras que probablemente jamás olvidarán.

Este es el relato que hizo Íngrid de su rescate

Esta mañana a las 5:00 escuché a mi mamá diciendo que iba a Francia; a mi hija, Melanie, que se iba para la China; a mi ex esposo, al papá de mis hijos, a quien adoro, diciéndome que había una foto mía en la cima de un monte en Francia y pensé: bueno, de pronto no hay nada, de pronto esta vez no es para mí.

Después nos hicieron empacar los equipos, estuvimos esperando todo el día, no sabíamos nada. Una hora antes de que llegaran los helicópteros, el comandante Asprilla me dijo que todos íbamos a subir en un helicóptero, que nos iban a llevar no sabían ellos a dónde, pero era para hablar con un jefe, un mando. Le pregunté si era 'Alfonso Cano' o el 'Mono Jojoy' y me dijo que probablemente, que ellos no tenían el detalle, pero que era alguien muy importante y que de ahí nos trasladaban a otro sitio para ponernos en una situación de cautiverio mejor que la que teníamos. Y claro, ahí se nos rompió el corazón. A mí se me rompió, porque más cautiverio, otro traslado, ¡no!, era como perder las esperanzas.

Oímos los helicópteros, miré para arriba, al cielo y pensé: Qué curioso es sentir felicidad oyendo un helicóptero, cuando durante siete años, cada vez que oigo el helicóptero se me acelera el pulso, me da miedo, tengo que coger el equipo, correr, escondernos.

Estos eran helicópteros blancos. Sentí que era emocionante. Nos hicieron cruzar el río, llegamos a un sitio todos con un guardia armado al lado. La guerrillera que me tocó a mí era tosca: ¡Apúrese! ¡Ándele!, como siempre.

Llegaron los helicópteros y salieron unos personajes absolutamente surrealistas. Unos señores vestidos con unos logos y con unas cosas que los certificaban como delegados de yo no sé qué cosa.
Yo miraba todo esto y me decía: ¿Esta gente quién es? ¿Qué comitiva internacional es esta? Pensé: ¿Será que nos van a volver a poner de payasos en otro circo? ¡Yo no quiero prestarme para eso!

Entonces hablaron con los mandos, con los comandantes Enrique y César. Miré más de cerca y vi que tenían camisetas del Che Guevara y pensé: ¡Esto es de las Farc!. Esto no es ninguna brigada de salud, no es nada. Después nos dijeron que nos podíamos subir al helicóptero, pero que teníamos que hacerlo esposados. Eso fue muy humillante.

Nos embarcamos muy frustrados porque nos pusieron esas esposas. Yo no quería ni hablar con las personas que estaban ahí.
Ellos querían ayudarme con el equipo y yo no quería. Estábamos muy indignados. Muy humillados. Subimos al helicóptero, nos hicieron poner unas chaquetas blancas, que porque íbamos a un clima frío. Yo dije: ¡Eso no me lo voy a poner!.

Cerraron las puertas del helicóptero, subimos y de pronto hubo algo que sucedió, yo no me di cuenta qué era. Vi al comandante que durante tantos años (cuatro años) estuvo al mando de nosotros, que tantas veces fue tan cruel y tan humillante, tan despota, lo vi en el suelo, empeloto, con los ojos vendados. No crean que sentí felicidad. Sentí mucha lástima, pero le di gracias a
Dios de estar con personas que respetan la vida de los demás, aún cuando son enemigos.

El jefe de la operación dijo entonces: ¡Somos el Ejército Nacional. Están en libertad!

El helicóptero casi se cae, porque saltamos, gritamos, nos abrazamos, lloramos. No lo podíamos creer. Dios nos hizo este milagro. Esto es un milagro que quiero compartir con todos ustedes.

Las frases de Ingrid

"Creo que uno de los más duros golpes que se ha dado a las Farc, fuera de este extraordinario operativo, es la reelección presidencial".

"Y sí sigo con la ilusión de servir a Colombia, si desde la Presidencia, solo Dios sabe".

"Las Farc habían apostando a que en cada cambio de gobierno tenían un respiro y se volvían a reencauchar militarmente".

"A partir del momento en que se prolongó el mandato del presidente Uribe, las cosas cambiaron, porque no hubo respiro".

"Cuando tuve la posibilidad de hablar con mi mamá por teléfono, lo primero que le dije fue que, por favor, se comunicara con el presidente Uribe para darle las gracias".

"Espero que así como Chávez y Correa lograron llegar al mando
de sus países por la vía democrática, les pido que nos ayuden a
que las transformaciones en Colombia se den por la vía democrática".
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