Ginebra, 18 sep (EFE).-El arzobispo Desmond Tutu y Premio Nobel de la Paz acusó a la comunidad internacional de ser "cómplice" con su silencio del drama que viven los palestinos en los territorios ocupados, al presentar hoy su informe sobre el bombardeo israelí de Beit Hanun, en Gaza.
En dicho informe, presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y elaborado por la misión encabezada por el religioso sudafricano que visitó Gaza el pasado mayo, se concluye que "existe la posibilidad de que el bombardeo de Beit Hanun fuera un crimen de guerra".
Ese ataque israelí contra la localidad palestina de Beit Hanun, en la franja de Gaza, en noviembre de 2006, causó 19 muertos -de los cuáles siete niños y seis mujeres- y decenas de heridos, la mayoría de un mismo clan familiar.
"Lo que más ofende es el silencio de la comunidad internacional frente a lo que está ocurriendo. Este silencio significa complicidad", acusó el arzobispo.
"Lo que vimos en Gaza nos dejó conmocionados. Nada de lo que nos habían dicho antes nos había preparado para lo que vimos", afirmó, en una rueda de prensa posterior.
"Las heridas aún no se han curado, especialmente las psicológicas, y las destrucciones de casas, infraestructuras y tierras agrícolas son visibles", dijo el religioso.
Afirmó que "la historia de este bombardeo es la historia del fracaso del imperio de la ley. Diecinueve civiles murieron y muchos más fueron heridos y todavía no se ha dado una explicación creíble, y no se ha hecho una investigación independiente, imparcial y transparente".
El Ejército israelí admitió en su momento su responsabilidad pero alegó que se debió a error técnico en el sistema de lanzamiento, que confundió el objetivo.
"Como decimos en nuestro informe, la investigación militar interna y secreta que efectuó el Ejército israelí es absolutamente inaceptable desde los puntos de vista legal y moral", insistió.
El Premio Nobel sudafricano, que se mostró muy emocionado, repitió, al igual que lo constata el informe, que todo hace concluir que ese bombardeo, lanzado contra civiles que dormían, o que regresaban de los rezos de la mañana, pudo constituir "un crimen de guerra".
Pero dijo que el mandato de su misión -"investigar una atrocidad"- ha terminado tras la elaboración del informe y que corresponde al CDH y en general a la comunidad internacional decidir los pasos a seguir.
Tras lamentar el total rechazo de las autoridades israelíes a colaborar con la misión -de hecho tardaron 14 meses en autorizarla-, Tutu dijo que la ocupación israelí está en la raíz de incidentes de ese tipo.
Y aseguró que "el factor que más afecta actualmente a las víctimas y sobrevivientes del bombardeo es la situación general de Gaza, y específicamente el bloqueo israelí".
En ese sentido, acusó a la comunidad internacional de no cumplir "su papel respecto al sufrimiento del pueblo de Gaza".
Y señaló que "Occidente es un penitente que está purgando su culpa por el Holocausto contra los judíos, pero la penitencia la están pagando los palestinos".
Desmond Tutu señaló que la misión se reunió con miembros de Hamas en Gaza, "a pesar de las objeciones de algunos en la comunidad internacional" y dijo que eso les sirvió para "oír sus puntos de vista... y hacer frente a sus posiciones y pedir el fin del lanzamiento de cohetes contra civiles en Israel".
En su informe, los autores, que se entrevistaron con supervivientes y testigos de los hechos, describen escenas dantescas que tuvieron lugar en Beit Hanun, localidad de 35.000 habitantes, la mayoría refugiados, en la madrugada del 8 de noviembre de 2006.
Los autores exponen las dificultades impuestas por Israel para permitir el paso de heridos graves, así como para sus tratamientos posteriores.
El informe pide al Estado de Israel que pague una indemnización a los afectados.
En dicho informe, presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, y elaborado por la misión encabezada por el religioso sudafricano que visitó Gaza el pasado mayo, se concluye que "existe la posibilidad de que el bombardeo de Beit Hanun fuera un crimen de guerra".
Ese ataque israelí contra la localidad palestina de Beit Hanun, en la franja de Gaza, en noviembre de 2006, causó 19 muertos -de los cuáles siete niños y seis mujeres- y decenas de heridos, la mayoría de un mismo clan familiar.
"Lo que más ofende es el silencio de la comunidad internacional frente a lo que está ocurriendo. Este silencio significa complicidad", acusó el arzobispo.
"Lo que vimos en Gaza nos dejó conmocionados. Nada de lo que nos habían dicho antes nos había preparado para lo que vimos", afirmó, en una rueda de prensa posterior.
"Las heridas aún no se han curado, especialmente las psicológicas, y las destrucciones de casas, infraestructuras y tierras agrícolas son visibles", dijo el religioso.
Afirmó que "la historia de este bombardeo es la historia del fracaso del imperio de la ley. Diecinueve civiles murieron y muchos más fueron heridos y todavía no se ha dado una explicación creíble, y no se ha hecho una investigación independiente, imparcial y transparente".
El Ejército israelí admitió en su momento su responsabilidad pero alegó que se debió a error técnico en el sistema de lanzamiento, que confundió el objetivo.
"Como decimos en nuestro informe, la investigación militar interna y secreta que efectuó el Ejército israelí es absolutamente inaceptable desde los puntos de vista legal y moral", insistió.
El Premio Nobel sudafricano, que se mostró muy emocionado, repitió, al igual que lo constata el informe, que todo hace concluir que ese bombardeo, lanzado contra civiles que dormían, o que regresaban de los rezos de la mañana, pudo constituir "un crimen de guerra".
Pero dijo que el mandato de su misión -"investigar una atrocidad"- ha terminado tras la elaboración del informe y que corresponde al CDH y en general a la comunidad internacional decidir los pasos a seguir.
Tras lamentar el total rechazo de las autoridades israelíes a colaborar con la misión -de hecho tardaron 14 meses en autorizarla-, Tutu dijo que la ocupación israelí está en la raíz de incidentes de ese tipo.
Y aseguró que "el factor que más afecta actualmente a las víctimas y sobrevivientes del bombardeo es la situación general de Gaza, y específicamente el bloqueo israelí".
En ese sentido, acusó a la comunidad internacional de no cumplir "su papel respecto al sufrimiento del pueblo de Gaza".
Y señaló que "Occidente es un penitente que está purgando su culpa por el Holocausto contra los judíos, pero la penitencia la están pagando los palestinos".
Desmond Tutu señaló que la misión se reunió con miembros de Hamas en Gaza, "a pesar de las objeciones de algunos en la comunidad internacional" y dijo que eso les sirvió para "oír sus puntos de vista... y hacer frente a sus posiciones y pedir el fin del lanzamiento de cohetes contra civiles en Israel".
En su informe, los autores, que se entrevistaron con supervivientes y testigos de los hechos, describen escenas dantescas que tuvieron lugar en Beit Hanun, localidad de 35.000 habitantes, la mayoría refugiados, en la madrugada del 8 de noviembre de 2006.
Los autores exponen las dificultades impuestas por Israel para permitir el paso de heridos graves, así como para sus tratamientos posteriores.
El informe pide al Estado de Israel que pague una indemnización a los afectados.
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