Ginebra, 27 ene (EFE).- El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACUR) solicitó hoy a Colombia que proteja a sus ciudadanos indígenas que son víctimas de vejaciones, maltratos y asesinatos y que por ello son obligados a abandonar el país.
"ACNUR solicita a las autoridades que tomen las medidas necesarias para proteger a los indígenas de las violencia y el desplazamiento forzado", señala un documento distribuido hoy por esta agencia de la ONU.
Además muestra "su preocupación" por los crecientes casos de desplazamiento forzado a los que han sido sometidos los indígenas Wayuu que viven en el departamento de La Guajira, en el nordeste del país.
Según los últimos datos, 86 indígenas Wayuu llegaron al departamento venezolano de Zulia tras haber atravesado el desierto de La Guajira y haber cruzado la frontera, después de haber sido víctimas de un ataque.
Los atacantes fueron hombres armados que quemaron sus casas y los amenazaron de muerte, según los testimonios recogidos por los funcionarios del ACNUR en Venezuela.
"Estamos muy preocupados, porque vemos que estos casos se repiten y no cesan, es el intento de quitarles a los indígenas sus tierras ancestrales", declaró el portavoz del ACNUR, Rod Redmond.
Los refugiados Wayuu explicaron que un grupo mayor de su etnia que también huyó de los ataques se encuentra aún en el desierto de La Guajira.
El ACNUR alertó que estos ataques se insertan en un contexto de creciente violencia en La Guajira, dado que se han documentado asesinatos selectivos, amenazas de muerte, intimidaciones y extorsiones, así como la reorganización de grupos armados ilegales.
Según la agencia, la violencia la sufren especialmente los Wayuu, así como otros grupos indígenas como los Arhuaco, los Kogui, y los Wivam, que juntos representan el 45 por ciento de la población del departamento.
Los Wayuu son una de las comunidades indígenas más numerosas de la región, hay 150.000 en Colombia y 160.000 en Venezuela.
El departamento de La Guajira es una región estratégica que da acceso al mar Caribe, es por ello que es el lugar elegido por diversos grupos armados que quieren controlar el comercio ilegal de estupefacientes.
Según datos oficiales, más de 50.000 personas han sido desplazadas involuntariamente a causa de la violencia imperante en el departamento.
En Colombia, hay un millón de indígenas, divididos en 80 grupos distintos.
Veintisiete de ellos están formados por menos de 500 personas y corren el riesgo de extinguirse, a menudo como resultado de la violencia y de los desplazamientos forzados.
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