Ap. Las FARC revelaron en un comunicado conocido el martes que ejecutaron a ocho personas a las que señalaron de colaborar con el ejército, reclamando así la autoría de la muerte de indígenas en una zona del suroeste colombiano a comienzos de mes.
El comunicado de la columna "Antonio José de Sucre" de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue divulgado en la jornada en el sitio de internet de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL), que suele difundir pronunciamientos y notas de las guerrillas.
En su comunicado de siete puntos los rebeldes indicaron que el pasado 6 de febrero en una zona rural conocida como Río Bravo, en el municipio de Barbacoas, detuvieron a ocho personas "que recogían, por grupos, información sobre nosotros para luego llevarla a las patrullas militares que desarrollan operaciones en la zona".
"Ante la presión del operativo, su responsabilidad en la muerte de numerosos guerrilleros y su innegable participación activa que los implica en el conflicto, fueron ejecutados", dijeron las FARC sin dar más detalles de las muertes o de las víctimas, si eran todos hombres o cómo sabían de su supuesta colaboración con los militares.
Esta acción nuestra, agregaron los insurgentes, "no fue contra indígenas, fue contra personas que independiente de su raza, religión, etnia, condición social, etc, aceptaron dinero y se pusieron al servicio del ejército en un área que es objeto de un operativo militar".
"Invitamos a los dirigentes indígenas a no permitir que desde la gobernación o desde Bogotá los manipulen. Ellos saben del respeto nuestro por la comunidad civil. Los invitamos a no ser parte de la política del señor (presidente Alvaro) Uribe Vélez, pues aquellos que nunca han visto por estas comunidades indígenas y los han metido a la guerra, no pueden ser sus defensores, ¡Son sus verdugos!", dijeron las FARC.
Las autoridades de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), que reúne al centenar de distintas etnias del país y que suman más de un millón de indígenas, denunciaron a comienzos de mes que las FARC habían asesinado a cuchilladas a por lo menos ocho indios Awa que vivían en una reserva a las afueras de Barbacoas, en el departamento de Nariño y a unos 550 kilómetros al suroeste de Bogotá.
La ONIC dijo entonces que sus datos provenían de un Awa que había logrado escapar y dar parte de las muertes a pobladores en la zona, pero hasta el momento ni ese indígena ha dado un testimonio público o a la Fiscalía, ni las autoridades militares han podido encontrar cadáveres en la remota y selvática reserva indígena llamada "Tortugaña Telembí", de más de 20.000 hectáreas.
Los Awa son una etnia de aproximadamente 25.000 personas repartidas en al menos 26 resguardos o reservas en Nariño, principalmente, según datos de la ONIC, indicando que ese pueblo indígena es acusado indistintamente por los actores armados irregulares de colaborar con el otro al que considera su enemigo.
El comunicado de la columna "Antonio José de Sucre" de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue divulgado en la jornada en el sitio de internet de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL), que suele difundir pronunciamientos y notas de las guerrillas.
En su comunicado de siete puntos los rebeldes indicaron que el pasado 6 de febrero en una zona rural conocida como Río Bravo, en el municipio de Barbacoas, detuvieron a ocho personas "que recogían, por grupos, información sobre nosotros para luego llevarla a las patrullas militares que desarrollan operaciones en la zona".
"Ante la presión del operativo, su responsabilidad en la muerte de numerosos guerrilleros y su innegable participación activa que los implica en el conflicto, fueron ejecutados", dijeron las FARC sin dar más detalles de las muertes o de las víctimas, si eran todos hombres o cómo sabían de su supuesta colaboración con los militares.
Esta acción nuestra, agregaron los insurgentes, "no fue contra indígenas, fue contra personas que independiente de su raza, religión, etnia, condición social, etc, aceptaron dinero y se pusieron al servicio del ejército en un área que es objeto de un operativo militar".
"Invitamos a los dirigentes indígenas a no permitir que desde la gobernación o desde Bogotá los manipulen. Ellos saben del respeto nuestro por la comunidad civil. Los invitamos a no ser parte de la política del señor (presidente Alvaro) Uribe Vélez, pues aquellos que nunca han visto por estas comunidades indígenas y los han metido a la guerra, no pueden ser sus defensores, ¡Son sus verdugos!", dijeron las FARC.
Las autoridades de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), que reúne al centenar de distintas etnias del país y que suman más de un millón de indígenas, denunciaron a comienzos de mes que las FARC habían asesinado a cuchilladas a por lo menos ocho indios Awa que vivían en una reserva a las afueras de Barbacoas, en el departamento de Nariño y a unos 550 kilómetros al suroeste de Bogotá.
La ONIC dijo entonces que sus datos provenían de un Awa que había logrado escapar y dar parte de las muertes a pobladores en la zona, pero hasta el momento ni ese indígena ha dado un testimonio público o a la Fiscalía, ni las autoridades militares han podido encontrar cadáveres en la remota y selvática reserva indígena llamada "Tortugaña Telembí", de más de 20.000 hectáreas.
Los Awa son una etnia de aproximadamente 25.000 personas repartidas en al menos 26 resguardos o reservas en Nariño, principalmente, según datos de la ONIC, indicando que ese pueblo indígena es acusado indistintamente por los actores armados irregulares de colaborar con el otro al que considera su enemigo.
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