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17 julio, 2008
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Ajolas yo hubiera vivido lo que vivio Ingrid
Ajolas yo hubiera vivido lo que vivio Ingrid
APORREA
Desde hace cuatro años vive en Venezuela, adonde llegó huyendo del conflicto armado colombiano. Amenazas de muerte lo hicieron abandonar primero su Corozal natal (Departamento de Sucre) para irse a vivir entre indigentes en Bogotá, donde sus hijos, incluida una niña de dos años, vieron, escucharon y vivieron un infierno de obscenidades. Se llama Julio Enrique Casés Olmos. Sus iniciales –Jeco- le sirven de nombre artístico, pues este inmigrante colombiano es pintor, compositor e intérprete de obras dedicadas, casi todas, al drama de su dolida Colombia. Es uno de los 4 millones de desplazados por ese conflicto, y por los cuales poco -para no decir nada- se suele preocupar la llamada opinión pública (o publicada).
-¿Qué sintió al ver la liberación de Ingrid Betancourt?
-Hasta que no se pronuncien las FARC no tengo idea de lo que pasó.
-¿No sintió alegría?
-Ni alegría ni tristeza, sino esperando a ver. Estamos acostumbrados a recibir sorpresas.
-¿Su drama no le generó solidaridad?
-No, porque estamos acostumbrados a vivir cosas terribles. Por ejemplo, ver a unas personas colgadas de un helicóptero. En 1996, en un municipio de Cundinamarca, Quipiles, la TV mostró unos muertos que llevaba la policía colgando de unos helicópteros: unos guerrilleros que habían matado. Después de ver cosas como esas, de ver a sus mejores amigos muertos, de dejar su tierra, cualquier cosa no lo va a sorprender mucho a uno.
-Ella pasó seis años en la selva, sin su familia. Llegaron a amarrarla de un árbol.
-Ojalá yo hubiese vivido dos veces lo que vivió Ingrid y que mis hijos hubieran estudiado.
-¿Cómo es eso?
-Sí, que fueran personas estudiadas y yo no tuviera un hijo drogadicto. Varios no llegaron ni a bachilleres. ¿Qué futuro les espera? Ojalá yo hubiese vivido eso.
-¿Pero una cosa justifica la otra?
-Lo que te quiero decir es que por esas razones no me sorprende eso. Yo más bien siento envidia por el dolor de Ingrid. Ella tiene a sus hijos formados, bien vividos. El objetivo para el que ella vino a la vida lo ve cumplido, lo ve realizado en sus hijos.
-Hijos que han sufrido la ausencia de la madre.
-Los hijos míos han sufrido mi ausencia, también la de su madre, la incertidumbre de no saber si me mataron, si me van a matar. Así somos todos los desplazados. Más de 4 millones.
-¿Diría que el drama de los desplazados es mayor que el de los secuestrados?
-No que es mayor, pero los medios de comunicación le dan la relevancia al secuestro como si fuera el dolor macro. Ojalá me hubieran secuestrado cinco veces en mi vida quitándome todo, pero que mis hijos hubieran tenido una buena formación.
-Así sea sin la madre.
-Sí. El objetivo de todos es dejar a nuestros hijos lo mejor posible.
-Y eso usted no lo ha podido lograr.
-No me dejó la oligarquía colombiana, el capitalismo.
-¿Los desplazados se sienten discriminados por los medios con respecto a los secuestrados?
-Sí, y la gente incauta que les hace eco.
-A los desplazados les queda la libertad de desplazarse, precisamente la que no tienen los secuestrados.
-Te repito. La función de todas las especies es que la generación que los sigue vaya en la mejor orientación y a nosotros se nos frustra eso. A mí tocó convivir 4 años con indigentes en Bogotá, sometiendo a mis hijos a escuchar el vocabulario más bajo que puede existir entre humanos, las palabras más vulgares. Esas las compartían mis hijos bajo un techo con indigentes. Mi hija de dos años.
-¿Tiene solución el conflicto colombiano?
-Muy difícil. Sólo que se internacionalice. Países que intervengan no para defender a una parte, sino para buscar un consenso.
-¿Qué piensa de las FARC?
-Mis mejores amigos fueron a dar a las FARC, los mejores que estudiaron conmigo fueron auxiliadores de las FARC o el ELN.
-¿Por qué?
-No había alternativa por la vía electoral para cambiar los destinos del país. No había ni hay posibilidades.
-El Presidente Chávez dice que ya pasó el tiempo de la guerrilla.
-Sí, pasó de moda porque la tecnología avanzó y dentro de poco los bombardearán vía satélite. Ya los fusiles pasaron a ser las flechas de los cromañones.
-¿Qué piensa de Uribe?
-Un valiente luchador en pro del capitalismo, de la injusticia, de la oligarquía.
-¿Y de Chávez?
-Su antítesis. Un tipo tenaz, luchador constante, pero en bien de la humanidad, de la justicia social.
-Él le ha pedido a las FARC que se desmovilicen.
-Palabras mayores que no me atrevo a calificar a la ligera. A las FARC las conozco. He estado en territorio donde mandan las FARC, he estado sometido a sus leyes. Y es cuando me he sentido más cerca de la verdadera justicia.
-¿Y por qué no se quedó entonces en territorio de las FARC?
-Porque es muy inestable. El Ejército se mete en esas zonas. Y después de que uno estuvo bajo el régimen de las FARC, arrasan con todo el que fue simpatizante de ese régimen. Esa es la mayoría de los desplazados. Aquellos que disfrutaron de la justicia social que impartían las FARC, vieron sus buenas intenciones, simpatizaron, y cuando volvía el Ejército o la policía con la llamada inteligencia averiguaban quiénes eran, llegaban de noche y los masacraban. Siempre con algunas excepciones, porque no todos los miembros de las FARC han sido diáfanos, pero las órdenes del Secretariado son de honestidad. Los capitalistas, cuando llega ese régimen de justicia, se sienten atropellados, porque están acostumbrados explotar al trabajador y las FARC no se los permite. Entonces salen llorando en los medios.
-¿Y por qué no se metió a guerrillero?
-Cuando conocí las FARC ya estaba muy comprometido con muchos hijos. También los años encima… Bajo el dominio de las FARC, ni siquiera sus miembros pueden maltratar a nadie porque sus reglamentos sancionan fuertemente a aquel que atropelle a alguien fuera de la guerra, o a alguien que esté reducido en medio de la guerra.
-¿Qué le parece la reunión Chávez-Uribe?
-Tengo muy pocas expectativas porque Uribe no va a cambiar lo que tiene trazado.
-Es raro que en estos tiempos, cuando hasta Fidel y Chávez han cuestionado a las FARC, alguien hable como simpatizante de ellas.
-Si la gente las conociera como yo, no hablarían mal de las FARC.
-Los liberados las han conocido y tampoco hablan bien de ellas.
-Sí. No tienen la sensibilidad, formación ni la concepción humana que puedo tener yo.
-¿Regresaría a Colombia?
-No tengo deseos. Aunque hubiese condiciones, me gusta mucho más Venezuela.
-¿Por qué?
-Este pueblo es mucho más tolerante. Mi país vive un momento triste.
Hay gente muy intolerante.
-Uribe tiene altísima popularidad.
-Puede ser, pero es poquita para el esfuerzo diario que hacen los medios de comunicación.
-La izquierda colombiana se queja de que la guerrilla no la deja crecer más.
-La guerrilla es un fenómeno natural, el resultado de una situación. Los guerrilleros no son extraterrestres. Es la sintomatología de un mal.
-¿Qué mal?
-El del capitalismo salvaje.
-Aquí el pueblo escogió a Chávez por elecciones, en Bolivia a Evo, en Ecuador a Correa…¿No puede pasar lo mismo en Colombia?
-Por ahora, difícil. El capitalismo en Colombia no se encargó sólo de combatir por las armas, sino por los medios, de desinformar, descalificar… Ha sido su mayor éxito. La mentira ha podido mucho más que las armas.
-¿Cual es el papel del narcotráfico en el conflicto?
-El Estado, sobre todo con su sección armada, ha sido un pilar para su florecimiento.
-Ese Estado habla de “narcoguerrilla”.
-La guerrilla tuvo que involucrarse en el cultivo, pero no en la producción de droga, porque los guerrilleros son hijos de los campesinos. Hay tierras donde el cultivo que produce es la coca o la amapola porque que no vías o transporte por el abandono estatal. El cultivo es el medio alternativo para el campesino sobrevivir en esas zonas. Los hijos guerrilleros no se van a voltear contra sus padres. Saben que cultivan para vivir, pero nunca has sabido del matrimonio comercial entre un narcotraficante y la guerrilla. Siempre han sido enemigos a morir. Ahí está el ejemplo del papá de Uribe, que fue uno de los duros de Pablo Escobar y del combate a la guerrilla. En esa guerra murió. Narcoguerrilla no existe. Existe narco-Estado. Recordemos que cuando Samper era Presidente le metieron droga en el avión para llevar a EEUU. Los jefes de seguridad de Samper y Pastrana estuvieron involucrados en drogas. Los medios, que son el centro de esa guerra, no hablan de eso. Los medios son el recurso más poderoso del capitalismo para combatir y sostenerse, enriquecidos con la ignorancia del pueblo que no estudia. Le inyectan religiones de todo tipo. Hay familiares que no quieren hablarse porque su religión es la verdadera, no se reúnen ni por la muerte del padre. Lo religioso está dividiendo al pueblo.
-¿Qué consejo le da a los venezolanos?
-Hace un año, la mayoría de las cosas que consumimos los pobres valía la tercera o cuarta parte de lo que ahora. El cuchillo que le hace más daño a la Revolución es la especulación. Yo siento ese látigo muy fuerte.
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